
El Fondo Vitivinícola distinguió a "los hacedores del vino"
Gentileza
Esteban Paramio y Guillermo Ramirez, los mendocinos distinguidos.
Se trata de Guillermo Ramírez, encargado de una bodega; Esteban Paramio, encargado de una finca, y del fotógrafo Máximo Arias. El reconocimiento se realizó en la Enoteca hoy al mediodía. Allí podrá visitarse una muestra de fotografías de Arias.
por MDZ
Como realiza año a año en esta época, el Fondo Vitvinícola de Mendoza rindió un homenaje a los protagonistas de la vendimia. Ocurrió hoy al mediodía en la Enoteca y luego de que las soberanas departamentales realizaron el tradicional curso de degustación que organiza esa entidad.
En esta ocasión recibieron la distinción "hacedores del vino" de General Alvear y Tunuyán. Se trata de Guillermo Ramírez (encargado de una bodega), Esteban Paramio (encargado de una finca) y del fotógrafo Máximo Arias.
Pero Arias también dejó lo suyo. Hasta Semana Santa podrá visitarse en la Sala Mayor de la Enoteca, una muestra que reúne sus fotografías.
El trío de mendocinos fue distinguido con un "pingüino" de cerámica blanca, la típica jarra para servir vino. "La idea es mezclar lo antiguo con lo moderno y creemos que el pingüino resume esto", expresó Macri Sinatra, la encargada de prensa del FVM.
A continuación, las historias de vida de los homenajeados.
Guillermo Ramírez
Nació un 24 setiembre de 1947 en Vista Flores, Tunuyán y desde hace 35 años, trabaja en bodega.
Guillermo vive la vendimia con toda la euforia y pasión para que las uvas lleguen a ser vinos memorables. Cuida a los vinos como a criaturas predilectas, porque sabe que son como sus hijos. Tiene una gran responsabilidad: es el encargado de la bodega, y eso es cosa seria.
Si alguien lo busca en Vista Flores y pregunta por Guillermo Ramírez, nadie sabe quién es. Tendrán que preguntar por el “Chico” Ramirez, y ahí sí, cualquier vecino le va a dar la dirección exacta.
Con su esposa Estela y su hijo Mariano sueñan con tener su propia bodeguita artesanal donde elaborar vinos con su estilo personal.
Le fascina hacer asados y mucho más degustarlos. El deporte, más precisamente el fútbol, es su pasión desde niño, pero parece que el talento no le ayudó mucho. Sin embargo forma parte del equipo titular de la Cooperativa Vitivinícola Vista Flores. Es hincha fanático de River Plate y de Unión de Vista Flores.
Lee el diario todos los domingos porque le gusta estar interiorizado de lo que sucede en el país y en el mundo.
Reparte sus horas entre el trabajo, la familia, los paseos y los amigos y cuando tiene un tiempito, se apasiona haciendo ese vino mistela artesanal que todos le reclaman cuando lo invitan a alguna fiesta.
Su hijo piensa que es el tipo más bueno que ha conocido, admira los valores éticos y la responsabilidad ante los compromisos y -sobre todo- el valor de la palabra empeñada.
Esteban Paramio
Yendo hacia el sur, concretamente a General Alvear, preguntamos por el mejor tractorista del departamento y todos coincidieron: Esteban Paramio.
Y parece que es bueno en lo suyo, porque hace más de 30 años que recorre las viñas con el tractor, que cuida cada racimo –desde el brote hasta la cosecha-.
A Esteban todos lo conocen como “el Pirulo Paramio” y hay quienes se animan a decir que es el gran valor del equipo de futbol que formó con sus compañeros de trabajo.
La romance del “Pirulo” con la vitivinicultura empezó en junio de 1973: estaba desocupado y fue a la Bodega Higinio Figueroa a poner su empeño al servicio de las hileras y los racimos. Inmediatamente, lo incorporan como "tractorísta", en una finca ubicada en el paraje El Ceibo y después, don Paramio se va como encargado de finca a Real del Padre.
Todos estos años de esfuerzo se traducen en la felicidad de su familia: su esposa, sus tres hijos y sus 7 nietos.
Y en los 35 años de trabajo no sólo cosechó uvas tintas y blancas, también los amigos más entrañables y el respeto de sus compañeros que confían en su capacidad para representarlos sindicalmente con gran compromiso y responsabilidad.
Hoy, Esteban “Pirulo” Paramio no sólo merece este reconocimiento del Fondo Vitivinícola Mendoza, seguramente el mejor premio es ejemplo que llena de orgullo a sus hijos y a sus nietos. Invitamos a recibir este reconocimiento.
Máximo Arias, la fotografía y la pasión
Desde que emprendió un viaje a la montaña mendocina con sus amigos y con una antigua cámara fotográfica que sólo cabía en uno de los bolsillos de su mochila, Máximo Arias no ha dejado de plasmar en imágenes lo majestuoso, bello, triste o sencillo que sus pupilas han llegado a alcanzar. En ese entonces, el fotógrafo -uno de los más reconocidos en su ámbito- tenía sólo 15 años y todo un camino por recorrer.
"El Máximo”, como le dicen sus amigos, tiene un dicho para todo. Pero quizá uno que lo identifica es cuando le preguntan: “Cómo andas?”, siempre responde: “meta vivir, nomás”.
Es que de eso se trata la fotografía de Máximo Arias: una mirada sobre la vida, sobre la gente, sobre el trabajo, sobre un modo personal de asumir la belleza del mundo y la crítica de las cosas que no están bien.
Del blanco al negro, en colores, en postales, en libros, en recuerdos de Mendoza, Máximo Arias entrega el fruto de su trabajo en muestra individuales y colectivas, en su puesto del Kilómetro Cero de la Ciudad, en encuentros culturales donde siempre dice sí.
27/2/09
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