google.com, pub-2719367759049875, DIRECT, f08c47fec0942fa0 NARDA LEPES "QUE COMO DONDE" RECETAS GUIA DE COMPRAS | Cocineros Urbanos

Gastronomía del mundo moderno en donde el cuchillo no conoce a su dueño

1/11/10

NARDA LEPES "QUE COMO DONDE" RECETAS GUIA DE COMPRAS

La cocinera Narda Lepes, motivada por las decenas de inquietudes que recibe diariamente acerca de cómo dar con los mejores ingredientes para elaborar un plato, decidió compartir sus secretos en "Qué.Cómo. Dónde", donde recorre las opciones más recomendables dentro del circuito porteño en materia de alimentación y ocio.

En su nueva obra, la cocinera estrella del canal Gourmet, donde debutó este año, mantiene las convenciones de una guía de compras, aunque no se priva de deslizar apuntes y consejos que lejanamente evocan el tono de su obra anterior, "Comer y pasarla bien", en la que fijaba posición sobre la manipulación y precarización de la dieta alimentaria.

"Qué. Cómo. Dónde", editado por el sello Planeta, ofrece un recorrido por distintos rubros que van desde la alimentación hasta el mercado de arte y la música: en todos los casos, cada una de las referencias está acompañada por un breve comentario donde Narda saca a relucir su desparpajo habitual.

"Como sucede con casi todo, lo que cocinamos puede ser un éxito o un fracaso, y eso depende de aquello que hicimos antes, de decisiones previas. Por eso, el secreto de un plato empieza con la compra. Cuando compramos nuestra comida hacemos mucho más que un intercambio de bienes: lo que comemos pasa a ser parte nuestra.

Deberíamos prestarle la atención que se merece", sostuvo Narda.

La cocinera insta en su obra a entablar una mejor relación con los alimentos que se consumen pero también con quienes se encargan de proveerlos: la pérdida de calidad de algunos productos está asociada inevitablemente al surgimiento de un tipo de consumidor "indiferente" frente al origen y procedencia de los productos que ofrece la góndola.

"La pérdida de calidad es culpa de que compramos lo que nos dan sin chistar y de que en general el consumidor bajó su nivel de exigencia porque prioriza tiempo y velocidad a tener que pensar y tomar decisiones relacionadas con la alimentación", explicó Narda en entrevista con Télam.

"Hablar con los vendedores, con nuestro proveedores habituales de lo que consuminos, sirve para que ellos sientan el compromiso de vender un mejor producto. Igual, aclaremos que tenemos la oferta que la demanda se merece, y eso no es culpa del verdulero o del carnicero, sino nuestra", resaltó.

Narda es taxativa cuando se refiere a respetar la estacionalidad de los productos ("hay que tener en cuenta sólo las frutas y verduras cuando tienen lo mejor para dar, es decir, en la estación donde son cosechadas") y destaca que una dieta alimentaria ideal debería contar con "al menos noventa productos distintos por semana.

"No estoy en contra de la biotecnología. Simplemente digo que es mejor consumir productos en su estación: están más ricos, más maduros y a la vez más baratos. Después, si están genéticamente modificados o son transgénicos forma parte de otra discusión de la que los argentinos estamos muy lejos todavía", analizó.

"Lo que comemos es indudablemente parte de los que hacemos.

Comer es una expresión de la idiosincracia. ¿O acaso qué otra cosa hacemos durante unas tres veces al día todos los días durante toda la vida? Si comés hamburguesa todas las días, eso habla mucho de vos como persona y como sociedad", apunta.

"Los argentinos tenemos una dieta muy monótona, aunque paradójicamente creemos que es muy variada porque comemos queso, harina, papa, carne... en 18 formas distintas durante la semana -señala-. Si no es milanesa con puré es carne con ensaldas, si no tarta, pasta, pizza, empanadas... Lo único que hacemos es cambiarle la cocción a los mismos ingredientes".

La conductora en la señal Utilísima de un ciclo que reinterpreta las recetas de la célebre Doña Petrona, se queja frente al avance de una cultura que tiende a simplificar al máximo el tiempo que demanda la elaboración de una comida, a la vez que arremete contra las estrategias comerciales diseñadas para publicitar algunos productos.

"Antes en la casa había olor a pollo, a sopa y generalmente siempre había alguien en la cocina haciendo algo. Después las mujeres empezaron a salir de las casas y se produjo un quiebre que llevó a la gente a distanciarse de la cocina. A ese fenómeno de alejamiento de la cocina se le suma hoy una cosa muy irresponsable del marketing acerca de cómo se venden los productos y qué se dice de ellos", evaluó.

"Hay publicidades que te venden la idea de que si no le das ese potecito a tu hijo va a quedar petiso y tarado. Y después se preocupan si uno dice culo en un programa. Me molesta es que las publicidades te remarquen que no tenés tiempo y hay que optar por todo lo más simplificado posible. ¿Cuánto de ese tiempo que supuestamente no tenés te la pasás mirando televisión?", protestó.

"Salí a la calle, conocé. Recorré otros barrios, hablá con tus vecinos y vecinas. Consultá dónde compran tus familiares y conocidos. Probá hacerte cliente de una verdulería, carnicería o fiambrería y notá la diferencia en tu calidad de vida. Si sos habitué, no te venden cualquier cosa: te recomiendan y te cuidan porque quieren que vuelvas", aconsejó Narda.

El recorrido por la guía está precedido por una serie de tips que orientan al consumidor inexperto y que también filtran hábitos de compras, como cuando aconseja llevar un presupuesto adicional por si acaso aparece el impulso de compra no planificado, "sobre todo en los hombres", según alertó.

"A diferencia de lo que ocurre con otros rubros, en el supermercado la mujer suele ser más medida a la hora de comprar y el hombre es más proclive a las tentaciones y a llevar lo que no necesita", explicó.

"Eso se da porque generalmente la mujer es la que cocina y tiene una idea de lo que necesita específicamente para cada menú, mientras que el hombre se fija más en otras cosas y es capaz de tentarse, por ejemplo, con un aceto especial que vio por ahí o con un jamón crudo", adviertió Narda.

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