Las mejores tapas se presentan en Valladolid para conseguir el título de la mejor tapa del país.
Los cocineros se preparan para la final de la IV edición del Concurso Nacional de Tapas y Pinchos de Valladolid. Auténticas delicias para el paladar, que hasta el domingo se ofrecen en los bares por 1,50 euros.
Pequeños platos que despiertan grandes apetitos, el universo de la tapa toma forma estos días en las barras de Valladolid para que nadie se pueda resistir.
Imposible decir que no a un rulo de queso de cabra con cebolla confitada olorosa, mermelada de tomate gelitinizada y polvo de aceitunas: "La confitura de tomate gelatinizada es muy laboriosa, las aceitunas hay que desecarlas en horno y luego hacerlas polvo".
O como resistirse a un risoto cremoso de hongos y fua rematado con un pensamiento: "Te vas a comer una flor y eso es un poco raro".
Desde la cuna de los pinchos, San Sebastián, llega una joya: langostino laqueado relleno de sirtaques con relleno de verduras. Todo un conquistador de paladares: "Te viene el agridulce de la soja y luego te va entrando la frescura del langostino".
Aprobado todo en las barras, se lo juegan todo en otros fogones, donde ante el jurado tienen que recrear sus tapas. Se juegan el prestigio de ser el mejor entre los mejores.
En pocas horas se sabrá cuál es la tapa más sabrosa del país y hasta el domingo los bares y restaurantes ofrecen estas pequeñas virguerías a un módico precio, 1,50 euros, para que nadie deje de caer en la tentación.
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