google.com, pub-2719367759049875, DIRECT, f08c47fec0942fa0 PASCUAS Y GASTRONOMIA DE LA MANO | Cocineros Urbanos

Gastronomía del mundo moderno en donde el cuchillo no conoce a su dueño

9/4/09

PASCUAS Y GASTRONOMIA DE LA MANO

Gastronomía de Pascua, una tradición en auge





La preparación de ´panades´ estos días es una tradición. Foto: Willy

Los ´robiols´, las ´panades´, el ´cocarroi´ y el ´frit de mé´ son algunas de las especialidades más típicas cuyos orígenes proceden de grandes posesiones y conventos

A nivel gastronómico, la celebración de la Pascua Florida o de Resurrección se mantiene en Mallorca, junto a modas llegadas de fuera, como las monas. Se trata de una larga y sabrosa muestra de especialidades autóctonas, saladas y dulces, en la que dominan los productos tradicionales del campo isleño, cuyas recetas nacieron en las grandes posesiones y conventos, y pasaron con los años a los hogares de la ruralía. Con el tiempo, de forma paulatina, las recetas de las delicias culinarias pascuales fueron llegando al sector de hornos y pastelerías mallorquinas.
En repostería, las especialidades más típicas son los crespells, robiols, panades y formajades. Respecto a las recetas saladas se mantienen el cocarroi, las panades de verdures, de carn y de peix y el frit de mé.
El frit de Pascua, elaborado con interioridades de los corderos sacrificados en esta época del año, es una de las recetas más celebradas del domingo de Resurrección, manteniéndose la tradición, especialmente en los pueblos isleños, de servirse para desayunar. Cada localidad mallorquina tiene su forma particular de prepararlo, con un protagonismo especial de hierbas y especias.
Quizá sean las panades, tanto las dulces como las saladas, estén rellenas de la mejor carne cordero joven -a veces combinado con lomo de cerdo-, de pescado o de guisantes, en donde se encuentre el espíritu gastronómico de la Pascua Florida mallorquina, si bien actualmente se consumen cotidianamente. Una delicia culinaria, especialmente las de cordero, cuya aparición en la mesa pascual significaba, antiguamente, el final del tiempo de ayuno y de no probar carne en los viernes de la Cuaresma. Con la particularidad de que su consumo tenía una prolongación posterior, con motivo de los pancaritats, tradición que se conserva aún en muchas localidades de la isla. Los cocarrois, con diseño de empanadilla o casi media luna, es un bocado muy popular, en donde dominan las verduras, los piñones y las pasas. También se consumen todo el año.
Junto a los crespells, pastas que se presentan en diversas formas, incluida la estrella de David, están los robiols y formajades. El robiol es un postre muy balear, ya que es algo común en todas las gastronomías de este archipiélago, aunque con ciertas variantes.
En Mallorca, los típicos son los de relleno de mermelada, cabello de ángel o requesón. En donde se mantiene todavía la tradición de la formajada, en esencia, es en el campo de Mallorca. La base de este dulce son harina, huevos, azúcar y requesón.

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